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Entorno limpio (lo que no ven los ojos)

Autor: Balvanero Balderrama García
Lugar: Colima
Publicado: 2017-06-21
Hora: 00:10:23

A la mayoría de las personas le gusta tener su espacio limpio, sea en la casa, en su oficina, donde labore...

A la mayoría de las personas le gusta tener su espacio limpio, sea en la casa, en su oficina, donde labore. La Real Academia de la Lengua ofrece cinco acepciones para la palabra entorno, la primera de ellas dice: ambiente, lo que rodea.

Queremos un entorno limpio y es necesario buscar confinamiento a la basura que todos los días generamos. Efectivamente, en esta cultura de la inconformidad constante con lo que se tiene –material e inmaterial- (Modernidad Líquida, Zigmunt Bauman), se consumen una gran cantidad de productos con una vida (in)útil efímera, además de sus envolturas, todo esto se deshecha.

De acuerdo a la Encuesta Intercensal 2015, en el estado de Colima, el 87.47 por ciento de las viviendas habitadas entregan su basura a un servicio público de recolección; un dato interesante: el 2.06% la queman, y el municipio en el que se da más esta práctica es Ixtlahuacán, con el 12.36% del total de sus viviendas particulares habitadas, seguido por Armería con el 9.92 por ciento.

Para tener un contexto de la dimensión de este tema. La prensa local registró la declaración del Director de Servicios Públicos Municipales del Ayuntamiento de Colima, en mayo pasado, quien señaló que en los primeros cuatro meses del año, se recolectaron más de 16 mil toneladas en la ciudad capital; diariamente son entregadas y llevadas al relleno sanitario metropolitano 130 toneladas de residuos sólidos: ello implica, haciendo una simple división, que se estarían generando 5 mil 416 kilos por hora.

Existe cierta dificultad para visualizar un escenario más amplio que el que se nos ofrece a la vista, a los sentidos. Al observar la bolsa de basura que cada tercer día entregó para su confinamiento, no se alcanza a dimensionar lo que suma en el acumulado municipal o estatal. Y de ahí que se generen conductas que vienen a incrementar la problemática: tener limpio el coche, aunque para ello tiré la basura por la ventanilla; barrer mi calle, empujando la basura hacia los lados de la demarcación de la vivienda; dejar residuos tirados –aunque existan depósitos para ello a la mano- por donde se pase; y, la actitud de consumir y consumir y consumir productos desechables: desde un recipiente para tomar agua, hasta los utensilios utilizados para comer, entre casi todas las actividades diarias de la vida.

Un ejercicio interesante sería tomar conciencia de todo lo que deshecho en un día común y buscar disminuirlo en un 20 por ciento; imagine el impacto ambiental positivo si cada persona hiciera lo propio; ello implica no atender el famoso refrán: ojos que no ven, corazón que no siente, sino ser consciente de las implicaciones que tiene mi actuar individual para la sociedad.

 

balvanero@gmail.com